Casi al término del holocausto nazi, uno de los episodios más escalofriantes y crudos de la historia,
sesenta agentes del Special Air Service (SAS) se enfrentaron a las últimas defensas del Tercer Reich.
El resultado fue catastrófico, treinta y uno de estos agentes sufrieron un destino terrible al ser
masacrados por las tropas alemanas.
Pero los derrotados se negaron a dejar que sus asesinos escaparan de la justicia. En toda la Europa
devastada por la guerra, los agentes del SAS formaron una unidad ultrasecreta bajo los auspicios de
Winston Churchill. Se inició una cacería contra los criminales de guerra fieles a Hitler y
contra aquellos que habían dirigido los terroríficos campos de concentración.
En medio de esta acción, el régimen nazi sufrió crueles traiciones. El general Reinhard von Gehlen,
jefe de espionaje militar del Führer, ofreció entregar intactos a Estados Unidos todos los archivos
recabados por su organización, incluyendo aquellos sobre agentes secretos que operaban a través
de la Rusia de Stalin, si los estadounidenses le permitían trabajar para ellos. Durante los siguientes
años, Gehlen hizo un gran uso de exoficiales de la Gestapo y la SS para asesinar a miles de judíos
con el fin de enmascarar la traición. Así fue como la CIA encubrió a criminales de guerra nazis con
miras a ganar la Guerra Fría, uno de los secretos más oscuros hasta ahora guardados.
Cazadores de nazis revela la operación clandestina que se llevó a cabo contra los torturadores de
las SS. El objetivo: atraer la atención de las fuerzas alemanas para debilitar sus defensas y abrir un
paso para que el general Patton y el ejército de los Estados Unidos avanzaran dentro de Alemania.
En el camino, descubrirán el horror del régimen de Hitler y la creciente amenaza de la
Rusia soviética.
La operación clandestina que se llevó a cabo contra los torturadores de las SS.
Damien Lewis