Durante el gobierno de Patricio Aylwin, y bajo la frágil estabilidad que marcó el inicio de la transición política, la Policía de Investigaciones creó una discreta unidad, instalada en el Departamento V de Asuntos Internos, que tuvo por objetivo rastrear y perseguir a civiles y militares vinculados a crímenes de lesa humanidad.
En esta inédita aproximación al tema, Pascale Bonnefoy reconstruye el largo y pedregoso camino que recorrieron, tanto fuera como dentro del país, los detectives que fueron tras la captura de personajes como Manuel «Mamo» Contreras, Pedro Espinoza Bravo, Miguel Estay Reyno (el «Fanta»), Eugenio Berríos, Osvaldo Romo y Paul Schafer, entre otros cómplices de torturas y asesinatos cometidos durante la dictadura militar.