Este libro es una pequeña muestra de cómo una persona con talento es capaz de regalar su "Don" a una causa justa. Sus murales en edificios públicos no son en suma muy diferentes a sus obras religiosas. Su vida ligada al teatro es tan consecuente con su mirada, como el más pequeño de los íconos que hiciera para mostrar la vida de la sagrada familia. Es que hay una enorme coherencia entre la vida y la obra de Claudio di Girolamo, y eso es lo que se siente cada vez que lo escuchamos hablar de su búsqueda a través del arte, y especialmente cuando nos detenemos a mirar una pintura, un Vía Crucis o un mural, de su extensa trayectoria.