Cuando la quiltra Lina se tropieza con la chucha Luna en las escalinatas de la biblioteca Cervantes, arrancan juntas toda una revisión muy perra sobre los feminismos en este mundo de perros, la deriva transexcluyente, el consentimiento y la feminidad que impone el perriarcado, el binarismo de género, la violencia física y simbólica, la cancelación en la posmodernidad y la lógica capitalista y perriarcal que amonesta a quiltras y les dicta cómo vestir o salir a perrear. Ser caninista hoy en día es más fácil que ayer y aquí se oyen ladridos de otras perras como Despentes, Cristina Rivera Garza o Judith Butler. Meruane hace del insulto una reivindicación y firma un candente texto político que se distancia voluntariamente de la férrea tradición literaria masculina.