Todos los que amamos la literatura; la buena literatura, hemos aprendido de Virginia Woolf. Pero lo más importante: nos hemos deleitado leyendo sus libros. Hemos sentido eso que alguna vez, dijo Borges de Stevenson: que leyéndolo había sentido la verdadera felicidad. Virginia Woolf, nos dejó una obra perfecta en todos sus elementos: el estilo, la elegancia, la sutileza, las emociones sugeridas, el acertado retrato de sus personajes. Ella volcó en sus relatos, en sus novelas y también en sus ensayos críticos sobre literatura, toda la sensibilidad de sus espíritu: De ese contacto con el arte, con la belleza pura, que por supuesto, la indisponían para aceptar la cruda realidad de la vida rutinaria y pedestre. Por eso, siguiendo el verso del poeta, "hay que matarse para no morir", y decidió marcharse, pues la vida le era insoportable. Esta recopilación de sus cuentos, es un magnífico regalo.Recomendado del librero.En este volumen se reúnen todos los cuentos y relatos escritos por Virginia Woolf en su trayectoria literaria, desde aquellos reunidos en los jardines de Kew, "texto fundacional en la obra de Virginia Woolf" según Sergio Pitol, hasta "La señora Dalloway en Bond Street", la semilla que luego derivó en una de sus novelas más elogiadas, La señora Dalloway. Voces sin palabra, rompiendo el silencio de repente con expresiones de pura satisfacción, de deseo apasionado o, en las voces de los niños, de inocente sorpresa. ¿Rompiendo el silencio? Pero no había silencio, todo el tiempo se escuchaba el motor de los autobuses poniéndose en marcha o cambiando la velocidad; la ciudad murmuraba como un nido gigante de cajas chinas, todas de hierro forjado, girando incesantemente unas dentro de las otras; y en la cima, las voces gritaban y los pétalos de millones de flores esparcían sus colores en el aire.
