Veintitres ejercicios de memoria que rememoran los momentos clave de la vida de Andrea Camilleri, ilustrados por artistas italianos de la talla de Alessandro Gottardo, Gipi, Lorenzo Mattotti, Guido Scarabottolo y Olimpia Zagnoli.
A pesar de haberse quedado ciego a los noventa y un años, Andrea Camilleri no se dejó amedrentar por la oscuridad, igual que nunca tuvo miedo a la página en blanco. El autor siciliano escribió dictando hasta el final de sus días, y con la oralidad encontró una nueva forma de contar historias. Desde el principio de su ceguera, se aplicó al ejercicio de la memoria con la misma disciplina ferrea con la que había trabajado toda su vida. Con persistente lucidez, se dedicó a hilvanar los recuerdos de una vida larga y prolífica, haciendo gala de una agudeza mental única y su particular visión del mundo.