Era una tarde de verano santiaguina que se extendía dorada mientras subíamos a la terraza de su techo. Mesa, sillas y té ya estaban preparados para revisar algunos de sus textos que nos pudieran servir para hacer un corto animado.Ahora vuelvo a ver a Pedro en acción, cuando se levanta rápidamente y vuelve con el texto de esta historia. «¿Y éste?», preguntó gentil, sin imponer, siempre tanteando el aire. Porque «Ella entró por la ventana del baño» tiene una visualidad y cadencia casi psicodélica, que te lleva por múltiples espacios, pero siempre de la mano y sin soltarte hasta el final. «Es perfecto», le dije mientras la historia se iba desplegando en mi cabeza