“Estaba en la guardia de la Penitenciaría lidiando con el forro de la gabardina que últimamente parece empeñado en asomárseme por el puño. Ya saben cómo son estas cosas: a ratos uno vive en función de la mancha de pasta de dientes que tiene en la solapa o de las motas del suéter.” Así comienza uno de los textos de este libro, y termina con la siguiente reflexión: “No deja de asombrarme la frecuencia con la que los convictos y los abogados desarrollamos inclinaciones literarias. Tengo teorías, pero en el fondo no sé qué será.”
Escrito en la oficina recoge las impresiones, ocurrencias, teorías, lecturas y aventuras, sobre todo imaginarias, del autor. Al pasar las páginas va cobrando forma una particular poética marcada por la perplejidad, el humor y un amor casi obsesivo por la literatura.
“Hay una engañosa liviandad en los textos de Marco, quizá por su apropiación de formas y discursos que siempre nos son interesantes. El debutante se une a la tradición chilena de abandonarse al ocio en la oficina. Reconozco en ellos y en este libro el ánimo de un cronista de la realidad cotidiana y medial, con la divagación como forma de pensamiento. Enhorabuena.”