Los elogiosos comentarios en medios trasandinos, su traducción al francés y la selección del Festival Belles Latinas de Lyon anteceden la publicación en Chile de La extinción de los coleópteros de Diego Vargas Gaete –publicada el 2014 en Argentina–. Esta es una provocadora suma de historias, emparentada con Bolaño y Houellebecq, que desnuda con pericia relatos de pueblos y familias que vinculan la provincia con la capital, y Chile con Alemania, Estados Unidos o el resto del mundo.
La muerte de un periodista que traiciona a la familia de su mujer, unas semillas transgénicas capaces de terminar con el hambre en África. Un estricto colegio germano, una princesa que viaja en el tiempo a bordo de una lavadora de ropa y un cándido abogado que vive en Valparaíso con su madre y se enamora de una escort norteamericana. El bosque de Temuco, la montaña, los insectos. La extinción de los coleópteros es una novela sobre el punto oscuro en el que las fotos borradas de un álbum familiar se cruzan con la historia, donde la imaginación –como un lobo enjaulado o un boceto del futuro de América Latina– debe lidiar con lo siniestro. (Lola Copacabana y Hernán Vanoli)
¿Qué pasaría si las miles de especies de coleópteros se extinguieran? ¿Qué desequilibrio se produciría en el mundo? En el núcleo de esta novela de Vargas Gaete late el efecto de ese desequilibrio. Si esto sucediera el paisaje de nuestro mundo sería el de un desierto. Una violencia silenciosa. Esa misma violencia (ese mismo desierto existencial) que el autor retrata al construir este tratado de entomología humana. (Diego Erlan)