Esta es la historia de Enrique, un niño al que le encantan los libros, pero no como a cualquier niño pueden gustarle. Un día, mientras tenía en una mano un chupa-chupsy en la otra un libro, Enrique, distraídamente probó el libro. Notó que le gustaba, y aunque tenía sus dudas decidió comerse primero una palabra, luego una oración y depués una página, luego, en un par de días ya se había comido el libro entero. Inexplicablemente el conocimiento que tenían los libros llegaba al cerebro de Enrique, y pensó que con esto en poco tiempo podría ser la persona más lista del mundo, pero de pronto todo empezó a complicarse.