Este libro está constituido por fragmentos y miradas de muchos testigos de nuestra historia, las que pode- mos usar para recordar (siempre conscientes de que eran miradas con los anteojos de prejuicios personales, de clase social, género, nacionalidad, religión y época) momentos, acciones y personajes de lo mejor y lo peor que fuimos. Con- siderar aquello que hicimos y nos hicieron, de lo nimio y lo entrañable, de lo cruel y lo generoso, de cómo no éramos lo que somos y cómo llegamos a serlo. Porque lo que somos y hacemos proviene de esos muchos tiempos pasados. Este también es un libro que no dice ni quiere decir, exactamente, hacia donde sería más enriquecedor ir, pero que señala (por contraste) que existen otras combinaciones posibles de vicios y virtudes grupales e institucionales, que hay otras identidades posibles en suspenso. Que no siempre fuimos chilenos, cristianos, invadidos, capitalistas, ciu- dadanos, patriotas, argentinos, colonizados, miembros de una elite o pobres sin remedio, peruanos, gente de bien o de menos bien, etc. y que es bastante seguro que no siempre lo seamos. Un libro que muestra un pasado -hecho de castas, despojo y vergüenza, pero también de ilusión, esfuerzo y uto- pía- el cual nos envía su sombra desde muchos ayeres dolorosos y tiñe nuestros juicios cotidianos. Por todo ello, si pue- de lograr que para algunos el pasado deje de ser algo muerto, claro, ya fijo, y se vuelva un espacio en el cual encontrar tesoros transformadores que nos hagan crecer un amor sincero y generoso por la patria republicana y el medioambiente que la alimenta, el texto se dará por satisfecho.