Diana, en la mitología romana, es la diosa de la caza y lo salvaje, a quien frecuentemente se la relaciona con la Luna. Además, es la protagonista y narradora de La tailandesa, como profesora de teatro en el mismo colegio en el que estudió, antes de entrar a la universidad y conocer a Nancy, su mejor amiga y rival. En la primera novela de Isabel Baboun seguimos a Diana durante el día previo a la representación de un monólogo de Clitemnestra frente a directivos, alumnos y apoderados, en una representación que promete, al igual que el Muay Thai (o boxeo tailandés), una salida a su destino. Pero no solo es un día, sino una vida, la de Diana, y también las de Máximo y su madre, las de Nancy y de su hijo Moisés, las de su familia y el resto de los profesores, las de los alumnos y las de aquellas personas con que se topa en la calle. Porque La Tailandesa es una novela que indaga en las conexiones azarosas entre las historias y cómo estas se van anudando con las de otros personajes, de manera cómica o trágica, como ocurre en el drama. Isabel Baboun nos entrega un relato arriesgado y potente sobre el trabajo, donde un personaje se rebela contra el orden que parecía configurarla, poniendo en riesgo su futuro y el sentido mismo de la realidad.
