En el verano de 2018 los acontecimientos empujan a Paula Bonet hacia una huida en busca de refugio. Provista de lápiz, pinturas y un cuaderno, llega a Santiago de Chile, la ciudad que hace más de veinte años ya la acogió y le ofreció alivio. Paula viaja sola y, mientras camina, pinta el mundo. Pintar y escribir se confunden como se confunde el material que resulta en las páginas de su cuaderno: lugares, encuentros, lecturas, pensamientos y refl exiones; sus héroes y heroínas y sus demonios; momentos de serenidad y contemplación, seguidos de los sentimientos más descarnados... En ese incesante tránsito efervescente, retrata las miradas de los personajes con los que se cruza, un retrato colectivo que se convierte también en el esbozo del suyo propio.