Tras años de injusto olvido, Alfaguara se suma al fenómeno editorial del descubrimiento de Lucia Berlin, todo un clásico de la narrativa estadounidense. Con su inigualable toque de humor y melancolía, Berlin se hace eco de su vida, asombrosa y convulsa, para crear verdaderos milagros literarios con episodios del día a día. Las mujeres de sus relatos están desorientadas, pero al mismo tiempo son fuertes, inteligentes y, sobre todo, extraordinariamente reales. Ríen, lloran, aman, beben: sobreviven.
La crítica ha dicho...
'Su prosa desciende de Proust y de Chéjov. Siempre me he preguntado por qué el mundo ha tardado tanto en descubrir a Lucia Berlin.'
Elizabeth Geoghegan, The Paris Review
'¿Cómo una autora así pudo pasar desapercibida? Quienes adoren a Grace Paley y Lorrie Moore no podrán resistirse al talento de Berlin.'
Marion Wink, Newsday
'Prácticamente cada frase de esta escritora es una epifanía.'
Edmundo Paz Soldán, voces.latercera.com
'Sus relatos capturan y comunican momentos de gracia y desprenden una bella luz que perdura. Es una de nuestras mejores escritoras.'
Molly Giles, San Francisco Chronicle
'Una fuerza literaria única y abrasadora.'
Booklist
'Lucia Berlin puede ser la mejor escritora de la que hayas oído hablar nunca.'
Publishers Weekly
'Leerla es desconcertante y maravilloso, doloroso e inolvidable.'
Bárbara Pérez de Espinosa, Quimera
'Algunos escritores de relatos como Munro, Trevor o Chéjov se ponen a tu lado, te dan un suave golpe en el hombro y te dicen: 'Ven, siéntate, escucha lo que tengo que decir'. Lucia Berlin da vueltas a tu alrededor, te tira al suelo y pone tu cara sobre el barro.'
Ruth Franklin, The New York Times Book Review
'Tras una vida en la oscuridad, ahora se la reverencia como a un genio literario.'
Brigit Katz, The New York Times
'Este volumen debería bastar para colocarla a la altura de Jean Rhys o Raymond Carver.'
John Self, The Independent
'Recién aparecido en EE.UU., ya ha arrasado en los suplementos literarios y tiene todos los puntos para convertirse en un libro de culto.'
Sergio Vila-Sanjuán, La Vanguardia