"¡Qué excelente noticia que exista este libro! Si cada una de las recetas emblemáticas de la cocina chilena tuviera un estudio tan acusioso y profundo sobre sus orígenes y sobre cómo su historia se entrelaza con la de los chilenos, otro sería el cantar... Qué ironía, con la proverbial cantidad de pan que comemos los chilenos, que hoy escaseen los panaderos. "Están en extinción", dice uno de los entrevistados. Pero tal como la irrupción de pan en los upermercados, pan hecho de forma mecánica, en menos tiempo -con mejoradores y otros trucos- quizás con menos cariño, nos hizo pensar que la industriapeligraba, y a poco andar el público comenzó a volver a su panadería del barrio, hoy los hijos de los panaderos que no quieren aprender a amasar están siendo reemplazados por inmigrantes aprendices del oficio del pan. Todavía queda patria, compañeros; todavía queda mucho pan que rebanar, y amasar, y leudar y hornear. Chile tiene corazón de marraqueta, crocante y orgulloso, pero de centro blando y cálido".