Pensar ontológicamente no es pensar de cualquier manera, aunque en él participen múltiples formas de pensar. Hay principios, hay criterios, que conforman un pensar diferente. No accedemos a ellos de manera espontánea. Ello implica que es necesario aprender a pensar ontológicamente. Se trata de una forma de pensar que, por lo general, arranca de nuestras experiencias personales y muchas veces de nuestros dolores y desgarramientos. Nuestras heridas son, por lo general, puertas de entrada a las profundidades de nuestra alma. Ellas no sólo nos proveen sufrimientos, sino posibilidades para conocernos mejor y para orientar futuras transformaciones. Este tercer volumen de la serie “Incursiones Ontológicas” fue escrito por participantes de nuestro Programa de Avanzado de Coaching Ontológico, en su versión del año 2012.Los trabajos que presentamos, de alguna manera, llevan esta marca. Ellos expresan, muchas veces, un acto de gran generosidad al compartir con otros lo que resultó de ese recorrido. En ese sentido, son una invitación a suspender el miedo que nos tenemos frecuentemente a nosotros mismos y de participar de una experiencia reflexiva que puede proporcionarnos, al final del camino, grandes satisfacciones. El lector juzgará. Entre estos trabajos hay algunas más logrados, otros quizás algo menos. Pero los hemos seleccionado por cuanto creemos que todos ellos nos aportan algo de valor.