Los siete cuentos que componen Un perfecto inútil están poblados de huérfanos emocionales e individualestrizadas, cuya intimidad podemos explorar, tal como por una rendija, a través de una prosa que sugiere mucho más de lo que muestra. Vizcaíno los escucha con cuidado, con pasión, pero también con cariño, porque su escritura logra conmover al lector sin la necesidad de sorprenderlo siempre y funciona como una invitación que acoge y acompaña a lo largo de la travesía. El resultado es un mundo diverso y latinoamericano que transita por el deseo, la infanciay el crimen, un universo de siluetas y contornos que se configuran siempre al límite, siempre arriesgando caer en un caos que acabe con la estabilidad que, aunque trunca y muchas veces insatisfechas, es la única que a sus personajes les permiten continuar.