Estée Deveraux no es una adolescente común y corriente: disfruta capturar almas para el Diablo, su jefe, en compañía de su familia en la localidad de Puerto Umbra, un pueblo «al fin del mundo». Le fascina su trabajo porque la distingue de los demás humanos de su edad, a los que aborrece y encuentra inútiles. Pero todo cambia el día de su cumpleaños número 17, cuando se interesa por indagar el pasado de su familia que ha tenido la misma labor por siglos. En el camino, Estée estrecha lazos con Gabriel, su compañero de clase que, en un principio, no le cae muy en gracia, pero termina por cambiar su destino.