Cuando se descubrió que la escritora Teresa Wilms (1893-1921), casada y con hijas, tenía amores apasionados con Vicho Balmaceda fue encerrada en un convento del cual escapó. Viajó a Buenos Aires acompañada por Vicente Huidobro, y vivió en Madrid y París, donde se suicidó. Tenía 28 años. Publicó libros de poesía. Esta novela ahonda en ese amor que escandalizó y marcó destinos. Se fue tejiendo a partir de documentos diversos de Teresa y otros pero sobre todo, a partir de los relatos que el escritor oyó de viva voz de familiares suyos, testigos directos de ese tiempo y de esas vidas reales que aquí se imaginan en una prosa que divierte, captura, ilumina y conmueve. En esta novela habla una época, una mujer y un deseo. Es la trama de una pulsión de ruptura que encuentra cauce en la liberación femenina, pero cuyo corolario es la pérdida y el sacrificio. Metáfora de la rebelión que no produce sino muerte, del amor que languidece en la enfermedad y la adicción, de la literatura femenina y de la maternidad castigada en función de la reproducción de un cierto orden social.