Uno de los diez hombres más buscados en Chile tras el fatídico golpe militar de 1973 fue Carlos Altamirano Orrego. La "Bestia Negra", como lo llamaban los afines a la dictadura militar, había sido uno de los grandes artífices de la Unidad Popular, tenía una relación íntima con Salvador Allende, era famoso por sus "incendiarios" discursos y en ese tiempo se desempeñaba como secretario general del Partido Socialista. Según los militares, era un peligro para la nación.