Esta investigación periodística relata un caso policial. El 28 de marzo de 2006, un perro encontró un pie humano en la población Marta Brunet de Santiago. Al día siguiente apareció la cabeza irreconocible, con la piel raída y la nariz desfigurada, incapaz de disimular los dos impactos de bala que cruzaban su sien. Mientras los esfuerzos de Investigaciones y Carabineros por identificar a la víctima se hacían inútiles, los medios de comunicación se tomaban Puente Alto para cubrir en vivo cada uno de estos cabros hallazgos. Al encontrarse los brazos, un tatuaje mal cercenado traería las primeras pistas de un asesinato que impactaba a todas las capas sociales. Fue la oportunidad para que los chilenos conocieran en la práctica cómo operaba la Reforma Procesal Penal ante este tipo de crímenes. Por medio del fiscal Pablo Sabaj, la justicia adquiriría un rostro para la población. Un rostro que encaró una investigación con un final tan implacable como verdadero. Durante más de un año, seis periodistas investigación esta historia. Entrevistaron a los protagonistas y tuvieron acceso a los expedientes del caso. Entraron a las poblaciones y convivieron con la marginalidad y la pobreza. Todo para recrear uno de los crímenes mas impactantes de la historia policial chilena: el descuartizamiento de Hans Pozo, El Rucio, cuyo gran pecado fue no haber sido moreno como sus padres.