«...La patria, los azares de los mayores, las literaturas quehonran las lenguas de los hombres, las filosofías que he tratado depenetrar, los atardeceres, los ocios, las desgarradas orillas de miciudad, mi ciudad, mi extraña vida cuya posible justificación está enestas páginas, los sueños olvidados y recuperados, el tiempo... La prosaconvive con el verso; acaso para la imaginación ambos son iguales.Felizmente, no nos debemos a una sola tradición; podemos aspirar atodas. Mis limitaciones personales y mi curiosidad dejan aquí sutestimonio».