Acaso ya nunca podamos pensar Berlín sin recordar su Muro ahora derribado. Esa frontera concreta pero también ideológica creó la ficción de dos ciudades gemelas, un espejo trizado por una franja de cemento, alambre, minas, aguas, conejos y torretas de vigilancia. Este libro narra la ciudad que ellos (Sánchez, Villoro) vieron y las gentes que trataron; habla también de la imperiosa necesidad de escribir ese Berlín de espejismos. De atrapar su reflejo. De dejar constancia del Muro, de su caída, de la trabajosa unificación.