Después de haber escrito catorce novelas, de haberse vuelto uno de los novelistas contemporáneos más brillantes, de haber ganado el Premio Goncourt, de ser reconocido mundialmente, de ser traducido a más de diez idiomas, Jean Echenoz decidió publicar su primer libro de relatos. Eso es Capricho de la reina: siete narraciones breves, marcadas por el mismo tono sutil, irónico, de una precisión escalofriante y el ritmo cinematográfico que caracteriza al resto de su obra. En un relato el almirante Nelson cena antes de su muerte, en otro un ingeniero se vuelve coleccionista de puentes, en otro una muchacha bucea hasta llenarse de sal y erotismo, en otro un viajero señala los cambios urbanos de los suburbios de París. Nadie en la narrativa actual tiene el talento de Echenoz para seguir de cerca a un personaje; como si los personajes fueran una lupa y la literatura un paseo placentero entre las palabras, como piedras preciosas.